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En el sur, surge uno de esos momentos que nos indican el gran nivel de la IA de este juego:

¡Han vuelto a aparecer los camellos!
¡Y defienden Rostov solos!
¡Con un par!




Es evidente que la IA sabe que tengo cariño por esos animalitos y me los pone delante para que tenga compasión y no tome la ciudad. Pero la lógica marxista no puede tener sentimientos tan burgueses. Sin embargo, cuando el frente trans de Tyulenev ataca Rostov, no los rodea y se limita a empujarlos cariñosamente fuera de la ciudad. Los LGBTI caucasianos puede que sean demasiado sensibles y merezcan una reprimenda, pero es de justicia que los camellos se merecían un gesto.

Adiós, camellos, adiós.

Pero en la bolsa de Stalingrado no hay perdón y tocamos el acordeón. Con eficacia soviética, obligamos a rendirse a las tropas del general Mackensen.



Más de treinta mil cabezas cuadradas que utilizaremos para plantar boniatos en Siberia.

Por otra parte, se puede ver en la parte central varios símbolos de batalla. Son contraataques de fuerzas SS (fichas negras), que han sido frenados a costa de muchos mártires soviéticos. En este episodio, los consejos del loro a nuestros oficiales fueron decisivos para la resistencia. Ya te dije que comprar un loro era bueno.

Continuará... ¡Mañana!

Al llegar al turno 11, decidimos presionar hasta el objetivo de Voroshilovgrad con unas cuantas unidades de tanques que están en sus últimas reservas de vodka. Parece que podremos alcanzarlo y un halo de optimismo marxista sobrevuela la estepa helada.




La alegría aumenta un turno después cuando las últimas fuerzas enemigas en Stalingrado se rinden al general Chuikov. El general Hutz y 30.000 alemanes de caras mustias son enviados a resorts de adelgazamiento intensivo en Siberia. Dejan más de 300 cañones y 63 tanques para que juguemos con ellos.



¡Gran Victoria!
¡Viva la URSS!
¡Viva el loro!



Veamos cómo está todo el frente en este día histórico.



Todo el Cáucaso ha sido liberado por las fuerzas transcaucásicas. Un montón de nuestras unidades están en la zona de Stalingrado, celebrando con coros y danzas la rendición de los sitiados. Pero en la zona de Rostov no hay avances y sí mucho atasco. Los alemanes empiezan a formar una línea defensiva para los turnos finales en esa zona y hacia el norte, en toda la estepa ucraniana.

Creo que las grandes jornadas de avanzar decenas de kilómetros al día se están acabando.

Pero siempre nos quedará el recuerdo de Rostov y sus camellos.

Continuará...

Tal como parecía, la chispa que nos daba el vodka ha dado paso a la Gran Resaca del frente sur. Nos pasamos los últimos cuatro turnos presionando una línea de alemanes dura como un mendrugo de cemento.

Frente final tras un continuo zasca por ambas partes durante cuatro turnos:



Como se ve, la línea alemana se recompuso para defender sus últimos objetivos. Avanzamos algunos hexágonos a paso de tortuga, pero nos quedamos lejos de Voroshilovgrad, defendido por una marabunta de unidades enemigas. Más al norte, el avance fue lento y escaso.
Al menos frenamos los furibundos ataques alemanes para reconquistar Rostov, que se quedan en nada y encima pierden un buen puñado de hombres y terreno. Menos los camellos, ellos acaban salvándose en una larga y luchadora retirada de cientos de kilómetros. ¡Bien por los camellos!




Siempre quedará la duda de que pasaría si nos hubiéramos estudiado un poco más el juego, en vez de moverse a lo loco y solo mirando los valores generales de las fichas. Pero eso es de neuróticos friquis, no de vagos como nosotros, que confiamos en nuestra intuición natural y en el buen hacer de una IA que nos ha costado un pastón.

Así que llegamos al final del todo.



Con la pantalla de puntos de victoria:




Pero seamos más detallistas y menos sosos. Es momento de armarse de valor, respirar hondo y mirar alguna estadística…

¿Pero qué me dices? ¡Números y barras no, por favor!

Tranquilo, no te asustes, vago padawan. Hemos terminado, no hay que pensar en nada, solo ver unos pequeños datos para que la gente tenga un resumen general. No vamos a hacer ninguna directiva aérea, de verdad.

Veamos las bajas, que aparecen si pulsas la tecla con cruces de sepultura en la pestaña de “Info Screens”


A la derecha, las bajas en números generales. No ha estado mal, para ser soviéticos. Solo hemos perdido 400.000 hombres más que los alemanes, un número similar de cañones y... bueno, en el apartado de tanques hemos triplicado las bajas, pero a nosotros nos cuesta cuatro duros hacer un T-34, mientras que cada vehículo alemán cuesta una hipoteca.
Mola el número que hemos hecho de prisioneros. Se nota el asedio de Stalingrado. Los resorts de Siberia van a petar con tanto turista alemán.

A la izquierda hay una gran lista pormenorizada de las bajas. A simple vista, si algo han perdido los alemanes, son cañones, de todos los modelos y usos. Sin dejar de lado los panzer III en sus diferentes versiones.
Paso de darle hacia abajo para ver las bajas pormenorizadas soviéticas, mejor dejarlo así.

Pasemos a las bajas aéreas, lo que llevaba la IA al 100%.


Madre de Dios que salvajada de pérdidas. Las bajas soviéticas son el triple en casi todo. Los Fighter Bombers copan el ranking. Parece que era cierto el rumor de que se lanzaban los Il-2 con hondas.
La táctica de la IA ha sido usar siempre la aviación como apoyo a tierra, sin apenas vuelos de reconocimiento y no digamos intercepción. Quizá sea algo del escenario, porque a los soviéticos les sobraban aviones que tirar en este frente, o es que la IA aérea es bastante peor que la IA logística, la cual me ha parecido muy correcta.
Como anécdota, indicar la sangría en aviones de transporte de los alemanes. Casi 500, en comparación a solo 6 soviéticos. El cerco de Stalingrado tuvo la culpa.

Finalmente, las unidades destruidas del todo.



Aquí se nota que los alemanes han llevado la peor parte. Poco que comentar, porque los asedios en medio de la estepa tienen estas cosas, que te destruyen regimientos como palillos llevados por el viento.

Bueno, pues se acaba este ARR para vagos y tontos como tú, estimado lector. Queda demostrado de forma empírica que se puede jugar (y ganar) un escenario solo mirando los datos de las fichas y el resumen de cada turno. Con la IA a los mandos de los aviones y la logística.

Luego, con tiempo y muchas ganas, sobre todo ganas, nos podemos armar de valor y empezar a meter los dedos por las pestañas del menú y comenzar en el manejo de más cosas liosas. Pero con tiempo, sin prisas, inspirando suavemente y sabiendo que, si comienza a doler la cabeza, pues nos movemos a lo loco que malo será.
Así vencimos en Staligrado.

Hasta otra.

PD: El loro os manda un saludo